Marisco

Cuando a algunos mariscos como la langosta, el bogavante, centollo o nécoras les falta una pata, se deberá tapar con miga de pan o patata cocida antes de cocer o guisar la pieza para que no se descarne.

El caldo que obtenemos al cocer el marisco se puede aprovechar para sopas y arroces. Si ese caldo resulta muy salado, no olvidar rebajarlo añadiéndole más agua.

A la hora de guardar el marisco deberás ponerlo en el frigorífico, pero siempre cubierto con una servilleta o trapo mojado para que no se seque, pues si eso ocurre, tendrá mal aspecto.

Si vas a utilizar gambas o langostinos para decorar algún plato y quiere que estos queden bien rosados, cuécelos con piel de cebolla, que tiene gran poder colorante.

Ir al contenido